TE VÍ LLEGAR... (II)

Te ví llegar,
Como un angel que cayó de un mundo astral.
Dejaste tu ropaje celestial y tus alas de cristal...

Te ví llegar,
Luminoso ser en medio de la niebla,
Como preludio que antecede la llegada de la serenidad.

Así eres tú,
Diáfana, transparente y misteriosa.
Viajera en el tiempo, tu Fe no tiene límites ni fronteras.

Así eres tú,
Como chispa que enciende el fuego interno,
Un oasis en medio del desierto...

Te ví llegar,
Y decidiste quedarte en la tierra,
Y la vida no fue la misma... jamás.

TE VÍ LLEGAR...

Te vi viajando a solas,
Por las extensas regiones del caluroso Serengeti,

Te vi meditando sobre la vida,
En algún recóndito lugar del Tibet misterioso.

Te vi llenandote de energía,
En las piramides del milenario Egipto.

Te vi cargando tus penas y las mías
Por las calles que del antiguo Israel.

Te ví llegar, como la magia en mi vida.
Sentí la paz que se siente en lo alto de la montaña.

Y ví que llevabas a Tikal en la sangre,
Vi el reflejo de Atitlán en tu mirada.

Nos abrazamos sin abrazarnos,
Nos miramos sin mirarnos.

Nos hablamos sin decir palabra alguna...
Nos conectamos y fuimos a conocer lo Eterno.

Fotografía: Juan Antonio López, 2012.

LA FLOR MÁS HERMOSA...

Era un susurro que venía acompañando al viento,
Era un día cualquiera, pudo ser ayer, o tal vez hoy.

Era el aroma de las flores, de las hojas, de la tierra,
Ese aroma que queda después de la lluvia.

Era un suspiro, como diciendo te quiero,
Pero no te escuchaba, tu tampoco me escuchaste.

Fue tu mirada avasalladora, cautivante.
Fue tu sonrisa como de arcoiris: llena de colores.

He perdido el habla, se extraviaron mis palabras,
Para decir algo tan hermoso como tu nombre.

Era un día cualquiera, y del jardín eras la flor más hermosa.
Lo cierto es que no podría dejar de adorarte... jamás.

Pero me das la espalda y caminas lento,
Como musa que regresa al cielo en Aurora...